Un soplo de aire fresco en el desierto.
20 grados en el Polo Sur.
Unos padres que ven nacer a su hijo.
Una persona que tras un accidente vuelve a andar.
Un enfermo de cáncer curándose.
Una niña secuestrada a la que salvan.
Una persona encerrada en la cárcel injustamente a la que liberan.
Solo son sueños.
Solo son simples emociones.
Como cuando eres niño y sueñas con que los reyes magos te traigan lo que has pedido por Navidades.
Como cuando eres adolescente, y sueñas con que el chico del que estás enamorada/o te diga que te quiere.
Como cuando eres adulto, y sueñas con encontrar un nuevo empleo, casarte, tener hijos...
Pero al mismo tiempo, no crecer nunca.
La vida entera es un deseo, un sueño. Siempre deseamos tener lo que no tenemos.
Y, ¿Qué pasaría si tuvieramos todo lo que ahora queremos?
Seguro que otras cosas aparecerían en nuestra mente, y soltaríamos la frase de "Otro día más la misma mierda".
Dejando atrás todos los esfuerzos que hemos tenido que llevar a cabo para conseguir lo que en ese momento tendríamos.
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