La gente caminaba a su alrededor, pero ella seguía sintiendo que estaba sola, que la habían abandonado en mitad de las tinieblas y habían roto la lámpara de aceite que alumbraba su camino.
Y es que a veces nuestros ojos no son lo suficientemente claros como para mostrarnos la ruta que debemos seguir, a veces necesitamos a esa persona especial para que nos ayude, pero, ¿Y si esa persona es la misma que nos ha dejado ahí abandonados, qué hacemos?
Las horas seguían pasando y el sol había decidido esconderse detrás de las nubes para evitar darle una respuesta a su frustración.
Éstas por otro lado, habían decidido regalarle unas finísimas y afiladas señales de comprensión como respuesta a las que algunos llaman "lluvia" y ella decidió corresponderle con unas muy parecidas de agua y sal a las que
Por un lado lo agradecía, odiaba llorar en público, en parte porque sabía que aunque lo hiciera no le importaba lo suficiente a nadie como para que se preocuparan, como para mostrarle una solución o simplemente para escucharla y ofrecerle unos brazos en los que refugiarse.
Pero ella prefería no pensar en eso, simplemente culparía a las nubes de su ropa mojada y al resfriado del color de sus ojos y se miraría en el espejo repitiéndose que
me encantó, y el final es tremendo :)
ResponderEliminarjoder O.O
ResponderEliminarescribes con tanto sentimiento que haces que se me erize la piel !!
eres increible cielo de verdad y que decir de ese grandioso final puff..
sigue asi enserio tus textos son fantasticos ;)
Me gusto mucho esta entrada, es lo que yo habia pensado una vez, un poco diferente pero el mensaje era igual, me gusto mucho y como dice la otra chava, escribes con tanto sentimiento.
ResponderEliminarMuy buenos tus pensamientos