Sí, estoy enferma, enferma de amor.
Hace poco te hablamos, como si nos conociéramos de siempre, como si no hubiera mañana, como si fuéramos la misma persona. Me dijiste que me querías, sí, me quieres, pero amas a otra chica, y eso es lo único que cuenta.
Esa chica no tiene ni la más mínima idea de la suerte que tiene, no se da cuenta de lo que tiene delante.
Me da pena por ti, porque me pongo en tu piel y pienso lo que estás sufriendo y... no tengo palabras para describirlo. Aun que, siendo sincera, tampoco me es muy difícil ponerme en tu lugar, porque, lo mismo que sientes tu por esa chica es lo que siento yo por ti.
Esa sensación de que te falta algo cuando estás algún tiempo sin verla.
Esas ganas de sustituir el "Hola, ¿Qué tal?" por un largo y dulce beso.
Pero, aun que sea ser egoísta, no puedo evitar alegrarme cuando pienso que no puedes estar con ella, cuando pienso que no voy a volver a sentir -al menos en un tiempo- ese sentimiento de dolor. Esas punzadas en el pecho, y esas ganas de llorar continuamente.
Las heridas del pasado cangrenan el corazón.
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